Los habitantes de países del este africano tales como Ghana y Nigeria, y de países sudamericanos como Brasil y Colombia—que poseen muchos inmigrantes de África del este—, se describen a sí mismos como «muy felices» en encuestas realizadas entre 2000-2014, como parte del proyecto global Encuesta Mundial de Valores.
En un estudio reciente, investigadores de Bulgaria y China decidieron analizar los datos de estas encuestas en comparación con una serie de factores climáticos, socioeconómicos y genéticos que influyen en el bienestar general. Lo que hallaron es una fuerte correlación entre el grado de felicidad y una variante de un gen llamado rs324420; es decir, las regiones adonde la gente decía sentirse muy feliz, coincide con las regiones adonde las personas poseen esta variante genética.
¿Pero qué tiene que ver el gen rs324420 con la alegría y el bienestar? Aunque es imposible definir lo que hace sentir bien a todo el mundo, podemos decir que el bienestar está generalmente asociado con la facilidad para sentir placer y la insensibilidad al dolor. Estas sensaciones están siempre controladas en el sistema nervioso por hormonas que se encargan de difundir el mensaje de «me siento bien» a distintas partes del organismo. Una de estas hormonas se llama anandamida, una molécula derivada del ácido araquidónico, presente casi exclusivamente en fuentes de origen animal como la carne, huevos y leche. A su vez, todas las hormonas necesitan ser controladas: si una persona con elevados niveles de anandamida de repente tiene un serio accidente, el cerebro necesita «apagar» rápidamente el mensaje «me siento bien» por el mensaje «siento dolor» para que el individuo actúe en consecuencia, y, por ejemplo, busque asistencia médica. Pues bien, la variante genética del gen rs324420 que predomina en estas regiones del mundo es capaz de frenar la inactivación de la anandamida, prolongando el estado de bienestar.
Por supuesto, el bienestar general y la felicidad se deben a muchos otros factores, pero es notable que los habitantes de regiones del mundo que no se describen a sí mismos como muy felices tienen también una menor prevalencia de dicha variante genética. Estos países «menos felices» se hallan en Oriente Medio, como Jordania e Iraq, y el este asiático, como China, Tailandia y Taiwán. Una situación similar se observó dentro de Europa, donde los habitantes del norte europeo, como Suecia y Noruega, se describen a sí mismos como muy felices, no así las regiones del centro y sur europeo; aunque los autores reconocen que el factor socioeconómico contribuye a la baja felicidad de los rusos y estonios, quienes también tienen la variante genética de rs324420.
Este artículo se basa en un comunicado de prensa de Springer.
Imagen destacada: Carnaval de Barranquilla
Más información: A Genetic Component to National Differences in Happiness
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